Es un gusto saludarlos nuevamente comunidad Gestalt.
Oigan, ¿ya escucharon el nuevo podcast de esta semana? Para esta nueva emisión abordaremos un tema de gran importancia para todo ser humano, y nos referimos a la comunicación. Lo primero que es importante entender es que COMUNICAR no es lo mismo que HABLAR, sobre todo cuando se trata de establecer un canal de confianza con nuestros hijos.
El sarcasmo, asumir o mal interpretar, la falta de congruencia o la falta de tacto para expresar nuestras ideas pueden ser factores que pueden alejarnos de la gente que nos rodea. Por eso la comunicación asertiva en nuestro núcleo familiar es una herramienta importante que nos permitirá mantener un canal sano interacción con nuestros hijos.
En esta emisión emisión nos centramos en abordar el tema de “la comunicación con nuestros hijos adolescentes”. Abril, nuestra mamá invitada al podcast, nos compartía que para ella, esta es la etapa “Chocolate” porque pareciera que todo les choca y nada les late.
Adentrándonos en el tema descubrimos que durante la adolescencia nuestros hijos viven una etapa de cambio radical, donde dejan de ser niños y comienzan a formar su identidad propia. Durante la adolescencia es normal ver transformaciones radicales por periodos breves de tiempo, su entorno familiar pasa a un segundo plano de importancia, pues son los amigos, quienes se convierten en su mayor interés.
Esto obviamente, nos deja a los adultos llenos de incógnitas, ya que en muchos casos pareciera, que de la noche a la mañana, hemos dejado de conocer a nuestros hijos y que ahora, lo menos que quieren es tenernos cerca de ellos. Con este panorama surgen de manera natural preguntas como:
¿de qué manera puedo lograr acercarme a él/ella?, ¿cómo le hago para entrar a su mundo?, ¿cómo saber sus inquietudes, intereses y necesidades?, etc, etc, etc… Y precisamente la clave para resolver todas estas dudas, radica en la COMUNICACIÓN AFIRMATIVA.
Como primer punto es importante tener claro qué es la comunicación interpersonal, la cual, hace referencia a la capacidad que tenemos los seres humanos de comunicar nuestro mundo interno con la gente que nos rodea, incluyendo todo aquello que decimos con las palabras y ojo, también con nuestro cuerpo.
Dentro de los estilos de comunicación más frecuentes que vemos en nuestro entorno, resaltan 3:
COMUNICACIÓN NO AFIRMATIVA: Quienes suelen tener este estilo de comunicación, tienden a guardar para sí mismos su mundo interno y por lo tanto, deciden no compartir sus deseos o necesidades por temor a la reacción de quienes están a su alrededor; esto provoca que quienes predominan en este estilo se sientan mal consigo mismos, que no resuelvan sus conflictos, y que experimenten de manera constante sensaciones de frustración y tensión.
COMUNICACIÓN AGRESIVA: Estas personas expresan sus derechos y necesidades, pero al hacerlo tienden a violar los de los demás. Esta reacción se debe a que ellos se sienten amenazados y vulnerables frente a la situación vivida; por lo que a la persona agredida tendrá una tendencia inmediata a agredir también y en ocasione en mayor proporción. Con esta conducta, los conflictos aumentan.
COMUNICACIÓN AFIRMATIVA O ASERTIVA: En esta opción de comunicación se cumplen con los requisitos de competencia interpersonal, respeto a ti mismo y a los demás. En ella la persona expresa o defiende sus derechos, necesidades, opiniones, deseos y metas, siendo sensible a los requisitos de la situación y respetando también los derechos y necesidades de la otra persona.
Como bien mencionábamos, el poder comunicarnos es todo un arte, porque para lograr que nuestros mensajes tengan el propósito que queremos, debemos de involucrar diversos factores como el saber decir las cosas de la manera adecuada para quién nos escucha y también saber escuchar a la otra persona independientemente de su edad. Pero existen otros elementos igual de importantes que se deben de tomar en consideración para poder tener un resultado de “Ganar-Ganar”, los cuales, les compartimos en la siguiente fórmula de comunicación:
Paciencia + Comprensión + Dialogo + Negociación = Ganar- ganar.
El poder contar con esta fórmula trae a la mesa diversos factores al momento de comunicarnos con nuestros hijos adolescentes, que aunque requerirá de iniciar ajustando nuestra visión de la comunicación como padres, nos da, como bien decía el Doctor Jorge Víctor González Sandoval en el podcast, el secreto para tener un acercamiento con nuestros adolescentes centrado en la confianza y el respeto mutuo.
Una comunicación basada en el respeto mutuo hará que nuestros hijos se vivan seguros de sí mismos, pero también, fomentará la confianza en ellos para acercarnos al nuevo mundo que están conformando y permitirnos ser partícipes de las situaciones de su día a día, así como de las decisiones que vayan tomando.
Es por esto, que nos gustaría poder concluir este espacio compartiéndoles diversos 5 puntos elementales a considerar para mejorar la confianza con nuestros hijos y la manera en la que nos acercamos a ellos.
Como adultos debemos de evitar a toda costa asumir la información que nos genere conflictos y cerrarnos en una postura sin siquiera darle la oportunidad a la otra persona de que nos dé una explicación. Quedarnos con las interpretaciones que podamos hacer tiene un alto costo.
Está claro que nuestros hijos y nosotros pertenecemos a generaciones distintas y por lo tanto, tenemos pensamientos diversos. Es importante que al comunicarnos con ellos evitemos hablar desde nuestros prejuicios y darles la oportunidad de que nos expliquen sus ideas novedosas. Eso puede hacer la diferencia entre creer que vale la pena involucrar a los papás o pensar “para qué le digo, si no me va a entender”.
Debemos de procurar tener una comunicación fluida con los hijos, en la que yo les muestre confianza y les comparta elementos de mi mundo interno, para que ellos también lo logren hacer. No hay que limitarnos a esperar que nos cuenten todo, hay que apostar por platicar y contar nuestras experiencias vividas; para ello es fundamental cuidar los espacios familiares diarios.
Dejarle saber a nuestros hijos que existen muchos elementos negociables en casa, pero que también existen otros que no lo son. Al hablar de elementos no negociables se involucran cosas que puedan poner en riesgo el bienestar de nuestros hijos o los valores importantes como familia.
La congruencia entre chicos y grandes es vital. Nunca debemos de olvidar que los papás son el ejemplo de los hijos, por lo que si existen principios que le estoy exigiendo a mi hijo, es muy importante predicar con el ejemplo.
Esperamos que la información haya sido de utilidad para ustedes, sobre todo para fomentar dentro de la familia un espacio de armonía y tranquilidad. Coméntenos que les pareció esta nueva cápsula y si están interesados en más información, recuerden que el departamento ha creado un video en donde se profundiza más sobre el tema. A continuación, les dejamos el link y los invitamos a verla.
Me alegra haber encontrado el blog, y ver que se amplía el contenido del podcast, gracias por puntualizar los tipos de comunicación y los tips.
No veo el link del vídeo que se menciona al final.