Lo sé… y comprendo perfectamente cuando me dices que hay conductas que tiene tu peque en las que te transportas al desierto árido: cero herramientas para el manejo de aquellos momentos complicados o hasta imposibles con tu personita especial.
Como sabemos, las consecuencias son acciones que son el resultado de nuestras conductas. Estas nos permiten que un niño aprenda a asumir la responsabilidad de sus actos y actuar con convicción.
Al permitir que tu hijo experimente la consecuencia natural de sus conductas le estás dando la oportunidad de conocer como se maneja la realidad social diaria de la vida. Esto no requiere tu intervención como mamá o papá, por ejemplo: si tu hijo no quiere comer, luego tendrá hambre. Si no quiere ponerse suéter, tendrá frío.
Para reforzar dichas consecuencias con tu hijo, existen algunas alternativas para trabajar en ello que a continuación te presentamos:
Presentar alternativas: propuestas por usted quien acepta la decisión del hijo y decidirá si van a ser lógicas o naturales.
Actitudes abiertas: el tono de voz y la elección de las palabras adecuadas son esenciales, deben reflejar respeto, aceptación y buena voluntad.
Seguimiento: cuando se aplique una consecuencia hay que dar seguridad de que se va a cumplir. De no darse la conducta adecuada se ofrecerá la oportunidad de cambiar la decisión más tarde.
Asegurarse de que la consecuencia está lógicamente relacionada con el comportamiento inadecuado.
Es de suma importancia que:
Responsabilices a tu hijo (no a ti como padre) de su propia conducta.
Posibilita a tu hijo a tomar sus decisiones acerca de qué conductas son las más adecuadas y le darán un aprendizaje significativo.
Facilita la comprensión de sus acciones en un sentido más amplio, más impersonal y más social.
RETO DE LA SEMANA
Cuando tu hijo presente una conducta inadecuada te recomendamos lo siguiente:
Utilizar un tono de voz moderado.
Cuando tu hijo/a cuestione tus límites, dale la oportunidad de que lo comprenda antes de actuar. Es ideal que su conducta se regule, preferible que comprenda una consecuencia y realice un cambio por convicción propia debido a comprender la importancia de la misma, significado y relevancia moral; a que lo realice porque “así debe ser”, “lo hago porque me regañan”, “si no hago esto, mi mamá/papá me va a matar”. Claramente las consecuencias lógicas y naturales enseñan, generan un aprendizaje significativo y comprensión, mientras que los golpes y castigos condicionan, por lo que enseñan solamente a reaccionar.
Hay que aplicar las consecuencias lógicas directamente después de una conducta que no sea la esperada.
OJO: Se pueden utilizar tan a menudo como se necesiten.
“Lo que se le da a los niños ahora, los niños lo darán a la sociedad”. Karl Menninger.
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